Tomás Gasset desborda entusiasmo, confianza y ese punto irreverente de los jóvenes emprendedores. Al escucharlo hablar de Urbania, la empresa de la que es co-fundador y CEO, nadie imaginaría que cuenta con más de 20 años de experiencia profesional en el sector. En este tiempo dedicado al sector inmobiliario ha vivido la bonanza de la actividad, pero también dos crisis: la económica de 2008 y la sanitaria de 2020. Es por eso que, como explica, afronta el presente con «una combinación de humildad e innovación fundamental para gestionar esta actividad tan compleja». Y es que Urbania no es una promotora al uso sino que desarrolla diferentes líneas de negocio bajo la premisa de «intentar no conformarnos con nada e ir siempre un poquito más allá», asegura el fundador. La empresa diversifica su actividad entre el desarrollo de suelos, donde se definen como Placemakers y asegura que es un área «menos conocida o mediática pero donde aportamos mucho valor»; la promoción tradicional; y la inversión en activos alternativos. En esta línea despliegan actividades como coworking, residencias de estudiantes, o barrios de alquiler. A esto se suma un fondo de deuda y un ‘innovation hub’ en él invierten en startups o incluso desarrollan iniciativas como ‘spin-off’ de sus propias compañías. «En esta área es donde dejamos brotar nuestra creatividad y damos cabida a diferentes locuras», explica divertido. Todo esto forma parte del «Universo Urbania», un conjunto de empresas en el que trabajan más de 200 personas y que tiene oficinas en la Costa del Sol, Madrid, Barcelona, Ibiza y Brasil, país al que se trasladaron para seguir creciendo durante los años más complicados de la pasada crisis.

Pese a este complejo armazón, Gasset tiene claros sus objetivos inmobiliarios: «No queremos ser la mayor promotora de España, sino ser un ‘placemaker’ de gran calidad». Prueba de ello es uno de sus últimos proyectos en Málaga, Sánchez Blanca. Se trata de un espacio innovador, compuesto por más de 3.500 viviendas y proyectado bajo una premisa pionera: un barrio para todos diseñado por los chicos y chicas de la Generación Z, por lo que se ha dado a conocer como «Distrito Z».

«Hemos reunido a grupos de niños entre 10 y 14 años para preguntarles cómo sería el barrio en el que les gustaría vivir y vamos a trasladar muchas de estas ideas, que son realmente interesantes, a ese espacio único para disfrute intergeneracional», indica Gasset. De este modo, se trabajarán conceptos como las energías renovables, el reciclaje, los huertos urbanos o la movilidad sostenible.

También se fomentarán las zonas comunitarias, con espacios al aire libre, deportivos y parques de mascotas. En suma a esto, la tecnología estará presente a través, entre otras cuestiones, de una App diseñada especialmente para el barrio para la cual están colaborando con los alumnos de la Universidad de Málaga.

«Todo ello en una zona que además está en expansión, como es el área situada entre Teatinos y el Polígono Guadalhorce», añade el CEO.

El desarrollo de «Distrito Z» responde a una visión estratégica de Urbania, que imprime a sus proyectos un carácter pionero, afianzado en el presente pero con vistas al futuro. «Estamos convencidos que el mundo inmobiliario va a experimentar una transformación brutal en los próximos años y queremos estar ahí», expone Gasset a modo de declaración de intenciones. En su opinión este cambio va a incidir especialmente en el concepto de de proyectos, que adquirirán un carácter más híbrido; en la forma de construirlos, con una industrialización que rediseñe los procesos y los haga más competitivos en tiempos; y en la financiación, que se sofisticará en un modelo a medio camino entre deuda y equity.

Sobre el momento coyuntural que se vive, Gasset tiene confianza en el futuro. «El Covid ha sido un golpe duro pero si somos inteligentes le podemos dar la vuelta y acelerar los cambios que el sector está necesitando. Además Málaga se ha convertido en un destino deseado tanto para residentes como para empresas y es una oportunidad que no podemos dejar escapar.